miércoles, 18 de septiembre de 2013

¿SE PUEDE BORRAR EL PASADO?

La primera cuestión es ¿qué es lo que hemos de borrar? ¿Los hechos acontecidos o el impacto emocional de esos hechos?
Muchas veces, lo que nos pesa sin parar no es tanto lo que ocurrió -puede ser, objetivamente, algo sin importancia- sino cómo nos marcó emocionalmente.
El dolor emocional, la brecha que causa en nuestros sentimientos, cómo se mantiene la intensidad a lo largo del tiempo, no están directamente relacionados con la causa objetiva, con los sucesos que hubieron.
Se relaciona mucho más con la interpretación que nosotros le damos a esos sucesos, con nuestro marco de referencia dónde situarlos; se relaciona más con nuestra capacidad de respuesta inmediata, con la sensación o no, de indefensión.


Los hechos, desde luego no pueden cambiarse. Sin embargo, esto no es tan importante, puesto que lo que de verdad es útil y real, es que el impacto emocional, la interpretación que le dimos en su día, eso, eso sí que se puede cambiar, borrar, modificar.
Para conseguirlo no hace falta tanto: saber trabajar con la mente.
¿Quieres borrar lastres de tu pasado? Entonces, lee con atención:
  • Lo primero, estar dispuesto o dispuesta a enfrentar tus errores, debilidades y cobardías pasadas
  • Segundo: querer ser más quién eres, más completo o más completa, sin cargas que te frenan
  • Tercero, admitir que la mente es muy poderosa pero que hay que saber cómo darle las órdenes para que las entienda y las ejecute
  • Hacer la visualización Borrar el Pasado tantas veces como necesites para sentirte libre de esos recuerdos limitadores
Voy a colgar esta visualización en el Índice de este Blog, allí podrás encontrarla.

Ahora bien, ¿qué pasará ahora que tus recuerdos son otros? ¿Qué historias internas van a desmontarse? Si resulta que eres más valiente de lo que pensabas, o más rebelde, o más fuerte...¿qué excusa vas a tener en tu presente para evadir ciertas acciones y reacciones?
Estas y otras cuestiones son, las que inconscientemente boicotean una verdadera limpieza y sanación interior.



Desde pequeñitos nos han inculcado la idea de que somos débiles, cobardes, inapropiados, vulnerables al mundo, y que hemos de protegernos al máximo de los peligros de estar vivos. Que hemos de obedecer a los que son mejores que nosotros, porque ellos saben, porque ellos deciden.
Sí, el mundo es peligroso, y la vida también. El mayor peligro que tiene la vida resulta que es, precisamente, perderla, o sea, morir.
Pero no por eso hay que quedarse debajo de la cama esperando a que el monstruo se largue de la habitación.
Esas creencias -que son personales, es decir, que son producto de la vivencia de otras personas, pero no las únicas opciones para vivir la vida- crean a lo largo de la infancia lo que se llama el Factor Crítico.


Este factor crítico tiene como objetivo la protección de nuestro ser a nivel emocional. Toda herida emocional, todo impacto, todo lo que puede hacernos daño, pretende ser esquivado por este factor crítico.
Sin embargo, muy lejos de ayudarnos de verdad, lo que provoca es que a nivel inconsciente guíen nuestras decisiones unos patrones falsos, debilitadores, ajenos a nuestra naturaleza. Como ocurre tantas veces, lo que quiere proteger, en realidad encarcela.
Por eso, tantas veces lo que deseamos se niega a aparecer. Por eso, tantas veces intentamos cambiar cosas en nuestra vida, en nuestros hábitos, y nada: parece que algo se transforma pero al final, queda como siempre.
Borrar el pasado significa que podemos desactivar esos patrones mentales -yo les llamo Memorias Antiguas-, que podemos contrarrestar la fuerza inmensa del Factor Crítico y al final, ser capaces de asumir quienes somos de verdad y vivir coherentes con ello.
Esto también simboliza -borrar el pasado- que la felicidad es perfectamente alcanzable para cualquiera, idea que nunca nos han transmitido y que nos cuesta muchísimo de creer. Pero sí que es cierto. La felicidad está muy cerca de nosotros. es más, yo digo que la felicidad está en nosotros.
La cuestión: ¿queremos hallarla, asumirla, gozarla?


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