Lo que nos está ocurriendo ahora
mismo no es un estado temporal caótico, es un cambio radical y permanente.
Mientras las personas no
encontremos el modo de adaptarnos a este cambio, seguiremos desorientadas y en
un profundo desasosiego.
La era industrial ha finalizado.
Ya no existe el trabajo seguro. Los universitarios ya no tienen asegurado un
futuro próspero. Los recursos naturales se agotan. La economía mundial ha
fracasado al basarse en un recurso finito: el petróleo. La corrupción se
extiende como una pandemia. Los científicos afirman que los animales tienen
consciencia. Las religiones zozobran. Los ciudadanos no tienen horizonte, se
distraen en cosas superfluas, en lugar de tomar acción y obligar a la sociedad
a que se transforme.
Hemos de asumir que la
responsabilidad de lo que nos acontece, es nuestra. No es del gobierno, de la
economía, de los corruptos, de los locos. No. Es nuestra porque nosotros somos
los que podemos tomar nuestras decisiones y si dejamos que las tomen otros, la
culpa es nuestra.
Los medios de comunicación, serviles a los intereses creados, nos bombardean con noticias que nos atemorizan, nos paralizan, nos vuelven ignorantes y bobos.
Los medios de comunicación, serviles a los intereses creados, nos bombardean con noticias que nos atemorizan, nos paralizan, nos vuelven ignorantes y bobos.
Primera acción diferente: DEJAR
DE MIRAR LOS TELENOTICIAS Y DE LEER LOS PERIÓDICOS. Rechacemos esa dosis diaria
y continua de miedo que nos intentan colocar los medios de comunicación. Es un
medio además que juega con los tres canales receptivos: la imagen visual, la
imagen auditiva, y la imagen sensorial. Vemos la tragedia, escuchamos cómo
describen la tragedia, nos sentimos indefensos ante la tragedia. Y además en un
momento de relajación como es un almuerzo o una cena. Todo junto resulta de un
terrible impacto en nuestras emociones. Un golpe negativo e incapacitante.
Salgamos de esta rueda tóxica,
negándonos a recibir información malvada, que se resume en un mensaje
repetitivo: no hay salida, no hay salida.
Sí hay salida, y la tenemos cada
uno de nosotros a nuestro alcance. Nosotros elegimos nuestra actitud, decidimos
cómo respondemos ante las urgencias de la vida.
Las actitudes que hemos de
fomentar son:
·
Organización
·
Dejar de imitar a nuestra madre y adaptarnos a
los nuevos tiempos
·
Creatividad
·
Reciclado
·
Información y educación
·
Saludable
·
Responsabilidad
ORGANIZACIÓN
Hay muchas maneras de hacer las
cosas. Algunas son muy buenas, otras son buenas y otras son malas. Hemos de
analizar cómo nos movemos en la cocina y manejando los alimentos:
·
Los armarios organizados en función del uso
·
Optimizar los pequeños electrodomésticos
·
Optimizar los envases para la conservación de
alimentos
·
Organizar la nevera con alta conservación de los
alimentos
·
Planificar los menús de la semana con previsión
de reutilizar elementos
·
Saber con exactitud la clase de alimentos que
usamos y prever su compra inteligentemente
·
Compra mensual, semanal y diaria
·
Cocinar una vez a la semana varios tipos de
comida
·
Congelar alimentos
En nuestra vida hemos de organizarnos, saber las prioridades, hacernos
un mapa de acciones, con el objetivo de mejorar nuestra eficacia porque eso nos
hace sentirnos felices, y ser felices es la meta última de cualquiera de
nosotros.
IMITACIÓN
Nuestra madre podía ser buena o
mala cocinera y buena o mala organizadora. La amamos (o no) pero hemos de dejar
de copiar su estilo en la cocina. Hemos de analizar lo que hacemos en la cocina
y reflexionar sobre si es posible que lo mejoremos. Si es así, renunciar a los
viejos hábitos y crear unos nuevos, más eficaces.
Probar, anotar resultados,
modificar, hasta que encontremos el modo más útil de manejar la cocina.
Con el tiempo transcurrido, han
cambiado los electrodomésticos, los utensilios, los tipos de alimentos, la
manera de conservarlos…podemos aprovechar las mejoras tecnológicas para que nuestro
tiempo en la cocina sea más eficaz, más sabroso, más divertido, y mejor
administrado.
En nuestra vida, ciertamente hemos de desprendernos de los patrones
negativos de nuestros padres y de nuestra familia, porque cada uno de nosotros
es un ser único, especial, nadie salvo nosotros puede hacer las cosas de la
misma y exacta manera. Asumir nuestro ser, amarnos y aceptarnos es una de las
tareas más arduas pero más satisfactorias que podemos realizar.
CREATIVIDAD
Cocinar es un arte. Todo el mundo
puede calentar, hornear, freír los alimentos. Pero que esa combinación de
acciones de lugar a un sabor y una textura ricos y nutritivos, no lo consigue
todo el mundo.
Hagamos algún cursito de cocina,
busquemos nuevas recetas, atrevámonos a experimentar nuevos sabores, nuevas
combinaciones. Si nos gustan las manualidades, decoremos los botes, bordemos
los trapos de cocina, hagamos los delantales, aprendamos a congelar y a
envasar. Hagamos una vez al mes una merienda o una cena con amigas que sea
temática: cocina de mi pueblo, hindú, de repostería…
Probemos maneras de aprovechar lo
que sobra, o cocinemos de tal manera que no sobre, con las raciones justas que
nos comemos.
Dicen que somos lo que comemos.
Yo añado que somos también lo que pensamos. Y las emociones influyen en la
cocina y en lo que cocinamos. La película COMO AGUA PARA CHOCOLATE, basada en
el libro del mismo nombre de LAURA ESQUIVEL, explica poéticamente, como lo que
sentimos mientras cocinamos convierte en delicias o en tóxico, el alimento.
Si estamos enfadados, esperemos a
que se nos pase antes de cocinar. O si estamos tristes, lo mismo. Primero,
pongámonos en un modo emocional alegre y placentero. Después cocinemos. Todo
nos saldrá mucho más rico y más lleno de amor.
En nuestra vida, dejemos que nuestra creatividad se exprese con
libertad. Todos tenemos más de un talento, más de una habilidad, que podemos
usar para ser más nosotros mismos, para mejorarnos, para aprender y crecer. Así
que baila, o canta, o pinta, o esculpe, o cose, o haz barquitos con palillos…
RECICLADO
Organicemos bien nuestra tarea de
reciclar. Reciclar es imprescindible puesto que se generan toneladas de basura
por día. Muchas de ellas van a parar al mar, que en un tiempo no muy lejano,
dejará de ser un mar para convertirse en un enorme basural.
Recipientes prácticos para el
plástico, el cartón, el cristal, la basura orgánica, las pilas, las bombillas,
aceite. Vaciado semanal, en los contenedores y cuando sea necesario en los
puntos de recogida. Acostumbrarnos a recoger los tapones y llevarlos donde los
aprovechan para conseguir sillas de ruedas para niños enfermos y acciones
solidarias. Cortar los aros de plástico de las latas, porque al llegar al mar
algunos animales quedan atrapados en ellas y crecen atrofiados.
En nuestra vida, reciclar significa reutilizar nuestros talentos,
encontrar nuevas formas de expresarnos, no despilfarrar ni uno solo de los
minutos en victimismos o renuncias. Al igual que hacemos de vez en cuando
limpieza general de la casa, hagamos limpieza general de sentimientos, de
errores, de resentimientos…
INFORMACIÓN Y EDUCACIÓN
No nos contentemos con lo que ya
sabemos. Día a día aparecen novedades en todos los temas y también en los temas
de cocina. Busquemos esa información y mejoremos nuestra gestión en la cocina.
Conforme vayamos aprendiendo estas nuevas maneras más eficaces de manejar la
cocina y los alimentos, aprovechemos para educar a nuestros hijos o nietos en
esta actitud más saludable, ecológica y amorosa con los alimentos.
En nuestra vida, aprendamos constantemente. Pero no sólo eso, sino que
pongamos en práctica de inmediato, lo que hemos aprendido. Seamos un ejemplo
vivo, porque mueve más el ejemplo, que mil palabras vacías.
SALUDABLE
Aprendamos a comer mejor, a
cocinar mejor. Los alimentos son la gasolina para el cuerpo. Si ponemos de mala
calidad, el motor se acaba cascando. Atrevámonos a probar cosas nuevas,
confiemos en que podemos cambiar lo que comemos y cómo lo cocinamos. Un mundo
mejor es posible, y puede empezar por una comida mejor. Consultemos a buenos
profesionales, en los libros, en Internet. No seamos máquinas de cocinar, sin
inteligencia y sin emociones.
En nuestra vida, pongamos menús de pensamiento positivo y hagamos
dieta de culpa y negación.
RESPONSABILIDAD
Es necesario aumentar nuestra responsabilidad.
Mejorar cómo respondemos ante las urgencias de la vida, y también en los
alimentos. No comamos basura porque es más cómoda o más barata. No nos
conformemos con poco (poca calidad, poca salud). Colaboremos en la medida de
nuestras posibilidades a que haya menos tortura en la vida de los animales que
nos comemos. Cooperemos en granjas ecológicas, seamos activistas o
ciberactivistas para que no se tire la comida, que no se mate ganado para
aumentar su precio, que no nos den gato por liebre como en los transgénicos de
MONTSANTO. El planeta es nuestra responsabilidad, depende de nosotros si les
vamos a dejar a las generaciones futuras un planeta yermo, estéril, dónde la
vida sea muy difícil, o un planeta lleno de vida y de recursos. No esperemos que
sea el vecino quién empiece a ser un mejor habitante de la Tierra, comencemos
nosotros.
Somos responsables ciento por
ciento de lo que nos ocurre, porque somos nosotros quienes elegimos cómo lo
vivimos.
La vida es. El tono, el matiz, el
detalle no le corresponde a ella, sino a nosotros, ¿cuáles vas a poner tú?
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