Reflexionando sobre el por qué de las cosas, llego a concretar un pensamiento.
Desde hace siglos nos han inculcado que lo más importante es la parte racional, la lógica, el raciocinio. Y sí que es importante, claro.
Pero se han "olvidado" de explicar que somos una unidad, no un ser separado. Que nuestro cuerpo, nuestra mente y nuestras emociones son inseparables.
Los descubrimientos sobre el funcionamiento del cerebro han venido constatar esta afirmación. Nuestro hemisferio izquierdo, además de muchas otras funciones, se encarga de la parte lógica, racional. El hemisferio derecho a su vez, de la parte emocional. Sin embargo, ni siquiera con está división de funciones se consigue aislamiento total, ya que ambos hemisferios se necesitan para alcanzar el total de una capacidad mental. Por ejemplo, el HI procesa los datos matemáticos, pero el HD los datos espaciales (como la geometría).
Una particularidad interesante es que cuando el HD está alterado (asustado, nervioso, agitado), el HI no puede operar. Aquí comenzamos a observar cierta prevalencia de las emociones sobre los pensamientos.
Hemos de distinguir asimismo entre "pensar" y "tener pensamientos". La primera se refiere al proceso cognitivo de análisis y conclusiones. El segundo, se refiere a las ideas que están archivadas en nuestra cabeza.
Por ejemplo: si estamos en una situación que nos altera emocionalmente, en nuestra cabeza podemos oír pensamientos "no me lo puedo creer", "esto es horrible", "qué miedo", etc. Si nos paramos a pensar, observamos que ocurre, por qué ocurre, que podemos hacer para solucionarlo, y de ese modo, casi siempre podemos pasar a la acción. Si sólo no quedamos con los pensamientos, lo más probable es que nos paralicemos o bien que lo que hagamos no tenga ni pies ni cabeza.
Las emociones pues tienen algo más de poder que los pensamientos sobre nosotros.
Cuando se afirma que el dinero mueve al mundo, realmente lo que se quiere decir es que la emoción de poder que proporciona el dinero, la capacidad ilimitada (o casi) que da el dinero para realizar cualquier cosa que deseemos, es el sentimiento que guía las acciones.
Y sí, las emociones son la guía.
Pero ¿cómo hacemos para que no nos trastornen, nos hagan equivocarnos y arrepentirnos más tarde?
Pues buscando siempre el sentimiento más agradable con el que puedo conectar ahora mismo.
Esto nos va a tranquilizar de forma instantánea. En esos segundos hemos de aprovechar para pensar y decidir lo que hacemos a continuación.
La verdad es que es mucho más difícil de hacer que de decir, pero realmente funciona. Prueba cuando te sientas nervioso, inquieto, enfadado... La mente no puede, literalmente, evadir encontrar una respuesta cuando se le ha formulado una pregunta. Es una caracterìstica maravillosa y podemos sacarle provecho. Cuando sientas alivio interior, pon a trabajar tu mente lógica y podrás ver otras perspectivas de la situación mucho mejores.
Si conseguimos durante todo el día estar conectados a emociones agradables, además de sentirnos bien, podremos sacarle el jugo a nuestra inteligencia y eso, se va a notar seguro.
3 comentarios:
Me parece muy interesante el post. Normalmente nos dicen que debemos suprimir las emociones, pero creo ue es mejor trabajar con ellas y aprender a sacarles provecho. Me ha gustado mucho.
Gracias Aiko!!!
Muy bien tu post. Las emociones son nuestro combustible, lo que nos mueve. Hay que saber reconocerlas y manejarlas adecuadamente. Visita mi blog, es nuevito, pero trato de enlazar la inteligencia emocional con el trabajo de vendedor. http://soycomercial-ness.blogspot.com/
Yo ya te he enlazado. Yo ya te tengo en el mío.
Saludos
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